¿Quiénes deben honrar el matrimonio?

 


Por Josué I. Hernández

 
La Biblia dice: “Honroso sea en todos el matrimonio” (Heb. 13:4). Este es un mandamiento de Dios que no está dirigido solamente a los que están casados, sino a “todos”. En el presente artículo queremos enfocar a los que están incluidos en este grupo.
 
Los que están casados deben trabajar para mantener y fortalecer su matrimonio, cumpliendo los roles que Dios ha especificado (ej. Ef. 5:22-33). Ellos son responsables de su influencia en la familia y la sociedad.
 
Los que nunca se han casado, ya sea que estén haciendo planes para contraer matrimonio, o que el matrimonio sea una posibilidad lejana, deben prepararse para esta maravillosa relación.
 
Los que nunca se casarán, y hay varias razones legítimas para esto, no deben menospreciar el matrimonio, ni desanimar a los que legítimamente quieren casarse.
 
Los que estuvieron casados, es decir, los que están separados o son viudos. Aunque el matrimonio anterior fue difícil, e incluso, doloroso, los que sufrieron alguna vivencia negativa no deben proyectar su experiencia sobre los demás. Aconsejar a otros siempre es bueno, pero deshonrar el matrimonio es algo pecaminoso.
 
Los niños deben ser criados confiando en el plan de Dios para el matrimonio (cf. Deut. 6:6-9; Ef. 6:4; 2 Tim. 1:5). La mayoría de los niños un día se casarán, pero ¿con qué clase de persona se casarán? ¿Estarán listos para vivir su matrimonio en el temor del Señor? ¿Estarán capacitados para ser el mejor cónyuge posible?
 
Los que gobiernan son responsables delante de Dios por las legislaciones que impulsan, fomentan y apoyan. No son pocos los políticos que están esforzándose por redefinir el matrimonio. El rol el gobierno (cf. Rom. 13:3,4; 1 Tim. 2:2) no involucra el matrimonio.
 
Los cristianos son responsables de guardar “todas las cosas” que Cristo ha mandado (Mat. 28:20), lo cual incluye el origen, diseño, función y propósito del matrimonio. Sin duda alguna, los cristianos deben ser “sal de la tierra” y “la luz del mundo” (Mat. 5:13-16) al fomentar el matrimonio según el diseño divino hablando “conforme a las palabras de Dios” (1 Ped. 4:11).
 
Conclusión
 
El matrimonio fue establecido por Dios en el principio para el bien de la humanidad. Dios lo diseñó de tal manera que, si marido y mujer obedecen sus instrucciones, las bendiciones se extenderán más allá de la propia familia.
 
Casados y solteros, ricos y pobres, jóvenes y ancianos, adultos y niños, “todos” deben tener en matrimonio como algo “honroso”.