El porqué de la posesión demoníaca



Por Josué I. Hernández

 
Ya que todo está bajo el control de Dios (cf. Luc. 10:17; Sal. 110:1; Mat. 28:18), uno se pregunta, ¿por qué les fue permitido a los demonios semejante libertad? ¿Cuál es la razón de la posesión demoníaca?
 
Todo parece indicar que Dios, en sus santos y divinos propósitos, permitió la posesión demoníaca para que la suprema autoridad de Jesucristo pudiera manifestarse al echarlos fuera. Es decir, así como la divinidad del Santo Hijo de Dios se demostró sobre la naturaleza (Mar. 4:37-39), la enfermedad (Mat. 8:16), la materia (Jn. 2:9), e incluso, la muerte (Jn. 11:43,44), también fue demostrada en la expulsión de los demonios. El testimonio bíblico indica claramente que los demonios fueron expulsados por la autoridad divina de Jesucristo (“en el nombre de Jesucristo”, cf. Mat. 10:1; Luc. 10:17; Hech. 16:18).
 
El poder de Cristo por sobre Satanás fue ejercido dramáticamente para establecer su reino mesiánico (cf. Mar. 1:15; 9:1; Col. 1:13), consumando de esta manera el propósito eterno de Dios, “para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales, conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor” (Ef. 3:10,11; cf. Ef. 4:7-10; Fil. 2:6-11). Entonces, Satanás cayó del cielo (Luc. 10:17,18; cf. Apoc. 12:7-12).
 
Así como el Divino Salvador del mundo exhibió su maravilloso poder en todos los ámbitos descritos en el Nuevo Testamento, también demostró su divina autoridad en la esfera de los espíritus.
 
Cristo dijo, “Mas si por el dedo de Dios echo yo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a vosotros” (Luc. 11:20). Los testigos del poder de Jesucristo decían, “¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es esta, que con autoridad manda aun a los espíritus inmundos, y le obedecen?” (Mar. 1:27).