¿Cómo se convierte uno en cristiano?


 
Por Josué I. Hernández

 
Este artículo toca un tema básico, un tema tan básico que, tal vez, el lector no lo consideraría para ser estudiado. Podría parecerle demasiado elemental. Sin embargo, lo que está enseñando la llamada cristiandad distorsiona el plan de salvación, es decir, tuerce el sentido de la palabra de Dios sobre la manera en que uno se convierte en cristiano, al punto que una mayoría no está familiarizada con lo que Dios ha revelado al respecto. Debido a lo anterior, hará bien el lector en estudiar cuidadosamente, “¿Cómo se convierte uno en cristiano?”.
 
Cuando el apóstol Pablo era prisionero bajo la dictadura romana, tuvo la oportunidad de hablar en su defensa ante el procurador romano Porcio Festo y el rey Agripa (Hech. 25:27 – 26:32). Después del discurso de Pablo, Agripa respondió: “Por poco me persuades a ser cristiano” (Hech. 26:28).
 
La palabra “cristiano” aparece tres veces en el Nuevo Testamento, dos veces en Hechos (Hech. 11:26; 26:28) y una vez en 1 Pedro (1 Ped. 4:16). En cada caso la palabra se usa para señalar a “un seguidor de Cristo” (Thayer).
 
Piense en lo siguiente. Si Agripa hubiese dicho “Estoy persuadido y quiero convertirme en un cristiano”, ¿qué le hubiese indicado el apóstol Pablo? Sin duda alguna, Pablo no respondería como lo hacen tantos líderes religiosos.
 
La respuesta más común es “recibir a Jesús y aceptarle como Salvador”. Es verdad que debemos recibir a Jesucristo (Col. 2:6). Pero, ¿cómo se hace esto? El Nuevo Testamento especifica ciertas acciones para recibir a Jesús, es decir, el recibir a Jesucristo no es un acto meramente mental o emocional.
 
Esta pregunta es importante porque Jesús dijo, “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mat. 7:21). Entendemos, por lo tanto, que hacer la voluntad del Padre celestial no es una mera convicción, sino la obediencia a lo especificado por él. Esta es la razón por la cual el Nuevo Testamento habla de conceptos tales como, obediencia a la fe (Rom. 1:5; cf. 16:26), obedecer a la verdad (Rom. 2:8; 1 Ped. 1:22), obedecer de corazón (Rom. 6:17,18), obedecer al evangelio (Rom. 10:16; cf. 2 Tes. 1:8).
 
Toda respuesta que evita la necesidad de obedecer al evangelio es inadecuada, y totalmente desconocida en las páginas del Nuevo Testamento. A su vez, entendemos que recibir a Jesús es obedecer a su evangelio.
 
En el libro Hechos aprendemos que los discípulos fueron llamados cristianos (Hech. 11:26), y que estos discípulos eran creyentes que se habían convertido al Señor (Hech. 11:21) y que permanecían fieles a él (Hech. 11:23). A estos discípulos (creyentes, conversos y fieles) se les llamó cristianos.
 
Debido a los cristianos son discípulos, ¿cómo se convierte uno en cristiano y discípulo? Jesucristo dijo, “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén” (Mat. 28:19,20).
 
Hará bien el lector en considerar cuidadosamente los casos bíblicos de conversión registrados en el libro Hechos. Estos casos indican la obediencia al evangelio, y, por lo tanto, la manera en que uno se convierte en cristiano. Estos casos de conversión ilustran lo que toda persona debe hacer, y son ejemplos que sirven como modelo, o patrón, para el pecador del mundo obedezca las instrucciones de Cristo (cf. Mar. 16:15,16).

 
Agripa no fue persuadido a convertirse en cristiano, ¿lo seremos nosotros?