Por Josué I. Hernández
El concepto enseñado en gran parte del mundo religioso, de que la salvación es solamente por la fe, es un concepto refutado en este relato. Recuérdese, ellos “creyeron en su nombre” (Jn. 2:23; cf. Jn. 12:42,43). Pero, Santiago nos informa que “los demonios creen, y tiemblan” (Sant. 2:19). Creer no es suficiente para recibir la salvación. ¿Por qué? Porque la fe debe perfeccionarse por la obediencia: “¿Ves cómo la fe cooperaba con sus obras y, por las obras, la fe alcanzó su perfección?” (Sant. 2:22, JER). La fe es aceptable cuando alcanza su perfección, es decir, se completa, por obras de obediencia (cf. Gal. 5:6).