¿Hermanos que no son cristianos?

 


Por Josué I. Hernández

 
Los hermanos desobedientes no tienen a Dios, porque no perseveran en la doctrina de Cristo (2 Jn. 9). ¿Puede un desobediente que no tiene a Dios ser un cristiano?
 
El término cristiano, según el uso en el Nuevo Testamento, es aplicado al obediente a Cristo (cf. Luc. 6:46; Mat. 7:21). Literalmente, cristiano es el “seguidor de Cristo” (Strong, Thayer, etc.).
 
Son llamados “cristianos” (Hech. 11:26) los convertidos (Hech. 11:21) quienes perseveran fieles al Señor (Hech. 11:23) y que permanecen en el Señor (Hech. 11:24). Estos “discípulos”, es decir, “alumnos”, de Cristo (Hech. 11:26) están persuadidos por la palabra de su Maestro (Hech. 26:28) al punto de sufrir como cristianos (1 Ped. 4:16). Estos discípulos cumplen con los tres requisitos básicos del discipulado (Hech. 9:23). Pero, no son verdaderos discípulos de Cristo los que no permanecen en la palabra del Maestro (Jn. 8:31).
 
Al momento de obedecer al evangelio uno llega a ser “salvo” (Mar. 16:16), pero le toca al salvo el ocuparse de su salvación “con temor y temblor” (Fil. 2:12) y que “vengan al pleno conocimiento de la verdad” (1 Tim. 2:4, LBLA; cf. Jn. 8:31,32; Ef. 4:13). Un cristiano podría perder su salvación al descuidarla (Heb. 2:3). Sin embargo, Dios bendice al que busca (Mat. 7:7,8) y que tiene hambre y sed de justicia (Mat. 5:6). Es así como muchos hermanos han abandonado algún error, por ejemplo, el liberalismo.
 
El plan de Cristo para nosotros no finaliza con el bautismo, el Señor dijo, “bautizándolos… enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado” (Mat. 28:19, 20). El Señor quiere vernos crecer (cf. Ef. 4:14,15; 1 Ped. 2:2; 2 Ped. 3:18) y obedecerle (Heb. 5:9).
 
Sin duda alguna, todos los que obedezcan al plan de salvación de Cristo son nuestros hermanos, porque son hijos de Dios (Gal. 3:26,27; 1 Jn. 3:1). Pero, no todo hijo de Dios será un “cristiano” solamente porque se bautizó, debe permanecer en obediencia (1 Jn. 2:1).
 
Los hermanos que practican y promueven la desobediencia del liberalismo, y otras doctrinas erradas, son hijos de Dios, pero no son cristianos. Son hermanos errados que necesitan arrepentirse y abandonar el pecado (Hech. 8:22).
 
Recuérdese, el verdadero discípulo persevera en la palabra de su Maestro (Jn. 8:31), estos discípulos son los cristianos (Hech. 11:26).
 

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