No olvidar el "contexto"

 


Por Josué I. Hernández

 
Cuando hablamos de “contexto” nos referimos al “entorno”, es decir, “lo que rodea”, ya sea el “Entorno lingüístico del que depende el sentido de una palabra, frase o fragmento determinados” (RAE), ya sea “Entorno físico o de situación, político, histórico, cultural o de cualquier otra índole, en el que se considera un hecho” (Ibíd.).  Sin duda alguna, el contexto es importante para entender una palabra o situación.
 
Una palabra o frase aisladas pueden sugerir muchas cosas. Considerar el contexto en el cual se encuentran permite entender el sentido de lo que se está comunicando, y el estudio de la Biblia no es la excepción. Dicho de otra manera, no se puede entender el mensaje de la Biblia sin considerar el contexto. Por ejemplo, por años hemos oído y leído toda suerte de aplicaciones de Filipenses 4:13 o Jeremías 29:11.
 
Otro ejemplo es Juan 16:13, la promesa de Jesús a sus apóstoles de que el Espíritu Santo les guiaría a toda la verdad. No son pocos los que leen el pasaje y lo aplican a todos los creyentes. La tragedia en todo esto es la convicción basada en el retorcimiento de las sagradas Escrituras (cf. 2 Ped. 3:16), llegando alguno a creer lo que Dios no enseña ni requiere.
 
Trazar con precisión la palabra de verdad (2 Tim. 2:15) requiere que tanto la interpretación como la aplicación consideren el contexto.