Por Josué I. Hernández
- Uno que vino del cielo para traer la palabra de Dios, “En verdad, en verdad te digo que hablamos lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero vosotros no recibís nuestro testimonio… Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, es decir, el Hijo del Hombre que está en el cielo” (Jn. 3:11,13, LBLA).
- Cuando una mujer samaritana expresó su esperanza en el Mesías, Jesús le dijo, “Yo soy, el que habla contigo” (Jn. 4:26).
- Jesús dijo, “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Jn. 8:12).
- Desafiando a sus críticos, Jesús dijo, “¿Quién de vosotros me redarguye de pecado? Pues si digo la verdad, ¿por qué vosotros no me creéis?” (Jn. 8:46).
- Jesucristo afirmó que él daría su vida por el mundo, “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas… Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre” (Jn. 10:11,18).
- Jesús afirmó ser el único camino al Padre, “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Jn. 14:6).
- Cuando fue criticado por sanar en el día de reposo, su respuesta fue que tenía la misma relación con el sábado que la que tenía el Padre, “Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo” (Jn. 5:17). Por esta razón procuraban matarle, porque él se hacía igual a Dios (Jn. 5:18).
- Luego, Jesús dijo, “De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy” (Jn. 8:58). La frase “yo soy” es uno de los nombres de Dios (Ex. 3:14).
- Jesús afirmó, “Yo y el Padre uno somos” (Jn. 10:30). Entonces, quisieron apedrearlo por hacerse Dios (Jn. 10:31,33).
- Uno de los apóstoles pidió una manifestación del Padre y Jesús respondió, “¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?” (Jn. 14:9).
- Mirando a Cristo resucitado Tomás dijo, “¡Señor mío, y Dios mío!” (Jn. 20:28). Jesús respondió, “Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron” (Jn. 20:29).
Conclusión