El llamado de Dios

 


Por Josué I. Hernández

 
La Biblia afirma que Dios nos llama, “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1 Ped. 2:9). “Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor” (1 Cor. 1:9). “y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó a su reino y gloria” (1 Tes. 2:12).
 
La pregunta del millón es la siguiente, “¿cómo nos llama Dios?”. Estudiemos juntos sobre esto.
 
Algunas personas equiparan el llamado de Dios con alguna experiencia religiosa, como un sueño o alguna visión. La Biblia no enseña que Dios nos llamará de esa manera. Sin duda alguna, hombres y mujeres en la historia bíblica tuvieron experiencias semejantes a estas. Pero, estas experiencias no fueron un llamado a la salvación, sino a una acción concreta. Por ejemplo, Saulo tuvo una visión, por la cual fue llamado al apostolado (Hech. 26:15-20). Cornelio vio un ángel, pero el ángel no le declaró lo que tenía que hacer para ser salvo, le dijo que debía llamar a Pedro (Hech. 11:13,14).
 
Algunos afirman que Dios nos llama por la acción directa del Espíritu Santo en nuestros corazones para movernos a la fe. La Biblia tampoco enseña tal cosa. Es más, la Biblia dice que el Espíritu Santo viene al corazón después de creer y obedecer (Ef. 1:13; Hech. 2:38).
 
Hay quienes afirman que Dios los ha llamado al escapar de la muerte. Historias hay de un rayo que cayó, de un tornado que arrasó, una enfermedad que golpeó, etc. Incidentes que recuerdan la fragilidad de la vida, y que nos impulsan a pensar en lo realmente importante. No obstante, la Biblia no enseña que Dios use estas cosas para llamarnos.
 
Entonces, ¿cómo nos llama Dios? Dios nos llama, es decir, nos convoca, invita, por medio del evangelio. “a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo” (2 Tes. 2:14). El evangelio es la buena noticia de la salvación en Jesús, una invitación abierta a todos. Cada vez que se lee o predica el evangelio, Dios llama. ¿Cuál es tu respuesta al evangelio?