Por Josué I. Hernández
En la cena del Señor miramos hacia afuera. Es una proclamación de la muerte del Señor (1 Cor. 11:26). Al participar de ella levantamos un monumento a Jesucristo quien es nuestra gloria (1 Cor. 1:31; 2 Cor. 10:17). Así, pues, durante la cena del Señor proclamamos al mundo que él salva, que su muerte es la razón por la cual Dios puede mostrar misericordia a los pecadores.