Por Josué I. Hernández
La filiación
eterna del Hijo de Dios
Existencia
eterna, no generación eterna
- “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con
Dios, y el Verbo era Dios” (Jn. 1:1). Juan dice que “era”, tiempo
imperfecto, es decir, “siempre fue”. Se expresa existencia sin referencia a
tiempo, “una existencia continua… existencia atemporal” (A. T. Robertson).
- “De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham
fuese, yo soy” (Jn. 8:58). Esta declaración de Jesucristo es suficiente
en sí misma. Él no dijo “llegué a ser”, él dijo “yo soy”.
- “Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo,
con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese” (Jn.
17:5). Aquí, “tuve” significa “siempre tuve”. No hay momento en que comenzó a
tenerla.
Una contradicción
lógica
Engendrado por el
Padre
El unigénito del
Padre
Conclusión