Autonomía


 
Por Josué I. Hernández
 
 
Es importante reconocer que una iglesia de Cristo es una organización compuesta de diferentes miembros (1 Cor. 12:27; cf. Rom. 12:3-8), pero que tiene cierta obra y función que los individuos que la componen no pueden suplir por separado. Estos miembros acuerdan funcionar como una iglesia (cf. Hech. 2:42) pero, individualmente, no son la iglesia (cf. 1 Cor. 12:14). Hubo miembros que se raparon (cf. Hech. 21:24), pero no hubo iglesias rapadas. Hubo cristianos que se circuncidaron (cf. Hech. 16:3), pero no hubo iglesias circuncidadas.
  
No es lo mismo soldado que batallón, ni oveja que rebaño. Así también, no es lo mismo “cristiano” que “iglesia local”. No debemos confundir las responsabilidades del cristiano con las responsabilidades de la iglesia local (cf. 1 Tim. 5:16).
 
Los miembros de una iglesia pueden visitar a hermanos de otras localidades (cf. Hech. 9:32), pero las iglesias no se visitan. Predicadores pueden concurrir en la predicación (cf. Hech. 15:36), pero dos o más iglesias no pueden trabajar juntas en la predicación. Sencillamente, no hay autorización bíblica para que iglesias de Cristo se integren en alguna obra común, trabajando corporativamente, como grupo de iglesias (cf. 1 Cor. 4:6; 1 Ped. 4:11).
 
Debido a que el Nuevo Testamento desconoce alguna relación orgánica, o corporativa, entre las iglesias de Cristo, cuando dos o más iglesias entran en algún acuerdo, abandonan su autonomía, y llegan a formar una corporación de iglesias. La agrupación de iglesias es una característica del denominacionalismo.
 
Una iglesia de Cristo debe hacer su propio trabajo conforme a su capacidad y oportunidades, y en total autonomía, trabajando como si fuera la única iglesia en el mundo. Esta autonomía es la facultad y el derecho para gobernar sus propios asuntos bajo la ley de Cristo (1 Cor. 4:17).
 
La autonomía de la iglesia local es elocuentemente implicada en el Nuevo Testamento. Considere los siguientes ejemplos:
  • Cada iglesia tendrá sus propios ancianos (Hech. 20:28; 1 Ped. 5:2).
  • Cada iglesia disciplinará a sus propios miembros (cf. 1 Cor. 5:4,5; 2 Tes. 3:6,14,15).
  • Cada iglesia se reunirá en un lugar determinado (1 Cor. 11:18; 14:23).
  • Cada iglesia tomará sus decisiones (“a quienes hubiereis designado”, 1 Cor. 16:3).
  • Epafrodito estaba en Roma, pero era miembro de la iglesia en Filipos (Fil. 2:25; 4:18).
  • Febe iba a Roma, pero era miembro en Cencrea (Rom. 16:1).
  • La iglesia de Filipos apoyó financieramente a Pablo, lo cual indica un tesoro común (Fil. 1:4,5; 4:15).