Por Josué I. Hernández
La distinción entre el cielo y la tierra
Cuando enseñó a orar a sus discípulos, Jesucristo dijo que ellos deben anhelar que la voluntad de Dios se haga “como en el cielo, así también en la tierra” (Mat. 6:10). Luego, les enseñó que no deben acumular “tesoros en la tierra”, sino hacerse de “tesoros en los cielos” (Mat. 6:19,20). En fin, toda doctrina que iguala el cielo con la tierra, y que mueve los corazones a poner la esperanza en la tierra (cf. Col. 3:2), contradice la doctrina de Cristo.
Conclusión