Lo terrenal en vosotros



Por Josué I. Hernández

 
Los cristianos deben emprender una firme oposición a lo terrenal, es decir, aquello que se opone a “las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios” (Col. 3:1,2). No debe haber tregua contra la vida mundana, “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros” (Col. 3:5). Esta es la manera de presentarse a Dios “como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia” (Rom. 6:13).
 
Muerte en pecado
 
El pasado de los colosenses era uno de muerte y culpa. Estuvieron muertos en pecado y sin perdón de Dios (Col. 2:13). El mismo pasado que experimentaron los efesios, “muertos en vuestros delitos y pecados” (Ef. 2:1,5), y la misma experiencia de todo pecador del mundo (cf. Jn. 5:25; Rom. 5:12) “por cuanto todos pecaron” (Rom. 3:23).
 
Sin embargo, en Cristo los pecadores reciben la vida y el perdón, “os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados” (Col. 2:13). Cristo había dicho, “yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Jn. 10:10). ¿Cómo sucedió esto?
 
Vida en Cristo
 
Para recibir la vida los muertos deben unirse a Cristo, y para esto deben ser “sepultados con él en el bautismo” momento en el cual serán “también resucitados con él” (Col. 2:12). Sencillamente, no hay nueva vida en Cristo sin esta unión con Cristo (cf. Gal. 3:27).
 
En el bautismo somos unidos a Cristo en la semejanza de su muerte y resurrección, “Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección” (Rom. 6:5).  
 
En el bautismo somos sepultados con Cristo y resucitados con él para vida nueva, “Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva” (Rom. 6:4).
 
¿Qué es lo “terrenal en vosotros”?
 
Debido a la nueva vida que disfrutan a los cristianos se les demanda arraigo en Cristo (Col. 2:7) y que anden en él (Col. 2:6), “para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos” (2 Cor. 5:15; cf. Gal.2:20). Sin esto son incapaces de hacer morir “lo terrenal” (Col. 3:5). A propósito, el texto griego no dice “en vosotros”.
 
Aunque ya han muerto al pecado en el bautismo (cf. Col. 2:12; Rom. 6:2,3) los cristianos tienen la responsabilidad de hacer morir “los miembros terrenales” (Col. 3:5, texto griego), es decir, “el cuerpo del pecado” o “viejo hombre” (cf. Rom. 6:6; Ef. 4:22; Col. 3:9).  
 
Ya que han muerto con Cristo (Col. 3:3) las cosas celestiales deben estar buscando (Col. 3:1) y en ellas poner toda su atención (Col. 3:2). Esta es la manera de negarle la vida a “la carne”, es decir, al hombre mundano y perdido que un día el cristiano fue, “Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos” (Gal. 5:24).