El rapto



Por Josué I. Hernández


Para algunos, no hay algún aspecto más emocionante en el premilenarismo que “el rapto secreto de la iglesia”. Seguramente usted, estimado lector, habrá oído historias de coches que serán abandonados por sus conductores, y de gente que desaparecerá, etc. ¿Por qué sucedería tal cosa? Porque vendrá el Señor y habrá un rapto de todos los justos, mientras que los demás se quedarán a experimentar un período de gran tribulación.

No hay duda de que los que están en Cristo serán arrebatados en el aire para estar siempre con el Señor (1 Tes. 4:17). Sin embargo, cuando esto suceda nadie será “raptado”. La Biblia habla de “arrebatamiento”, no de “rapto”. El rapto del premilenarista no está en la Biblia.

Los premilenaristas siempre vinculan lo que ellos llaman “el rapto” con una gran tribulación, un período de siete años en los cuales el mundo será sacudido por extremas dificultades y miseria, lo cual precederá a un reinado de mil años de Jesús. Algunos sitúan el rapto al final de la tribulación, otros lo sitúan en medio de la tribulación; pero, la mayoría lo sitúa al principio de la tribulación global.

Tres indicadores de tiempo

El apóstol Pablo señaló tres indicadores de tiempo que el premilenarista suele ignorar, “Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción. He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?” (1 Cor. 15:50-55).

La final trompeta (1 Cor. 15:52). El toque de trompeta es un llamado. Pablo dijo que será la última. El premilenarista tiene un problema aquí, cuando afirma que el llamado final ocurrirá mil años más tarde. Algunos procuran zafarse del embrollo milenarista afirmando que esta trompeta será la última de una secuencia. Sin embargo, no hay secuencia de trompetas en 1 Corintios 15. 

Los muertos serán resucitados (1 Cor. 15:52). El premilenarista tiene múltiples resurrecciones en su doctrina; por lo tanto, 1 Corintios 15 sería la resurrección de los santos, mientras que la resurrección de los impíos sucedería después del reinado de mil años de Jesucristo. Sin embargo, esto no es verdad. El Señor Jesucristo habló de una resurrección general en el día final en la cual todos serán resucitados (cf. Jn. 5:28,29; 6:39,40,44,54; 11:24; 12:48).

La muerte será sorbida por la victoria (1 Cor. 15:54). Si los fieles del Antiguo Testamento, y los incrédulos muertos, no participan de la resurrección señalada en 1 Corintios 15, ¿cómo es que la muerte será sorbida por la victoria? Lo que el apóstol Pablo señala no coincide con el calendario del premilenarista, calendario en el cual habrá mucha muerte durante la gran tribulación. Es decir, si la muerte estará muy activa, ¿por qué dijo Pablo que será derrotada (1 Cor. 15:26,52,54,55)?

En 1 Corintios 15 Pablo diserta sobre la resurrección. Claramente, señala que cuando la resurrección general ocurra, los muertos serán resucitados con un cuerpo imperecedero, cuerpo preparado para la eternidad, y los que estén vivos serán resucitados en esa misma forma. Todo esto ocurrirá en el día postrero, a la final trompeta, en la segunda venida de Cristo. Habiendo vencido al último enemigo, el cual es la muerte, cesará el reinado del Señor Jesucristo en su forma presente (v.24-28). Si alguno queda atrás, ya sea muerto o sujeto a muerte, la muerte no sería vencida y el argumento de Pablo fracasa. 

El arrebatamiento no será secreto

El apóstol Pablo señaló que la segunda venida de Cristo será pública, evidente a todos, “Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras” (1 Tes. 4:13-18).

Cuando el Señor Jesucristo vuelva manifestará su presencia a todos. Piénselo detenidamente, su segunda venida incluirá “voz de mando, voz de arcángel, y trompeta de Dios”, ¡esto no es un rapto secreto! ¿Cree usted que el mundo no sabrá que Cristo ha vuelto cuando tales cosas sucedan?

El premilenarista supone que cuando Pablo dijo “los muertos en Cristo resucitarán primero” eso implica que los demás muertos resucitarán mil años después. Sin embargo, Pablo no está contrastando a dos clases de difuntos, los que resucitan primero y los que resucitan después. Pablo estaba comparando a los santos muertos con los santos vivos, los que murieron en fidelidad con los que aún no han muerto y perseveran fieles. Ambas agrupaciones de santos, los que estén vivos y los que hayan muerto, serán arrebatados en un mismo momento para recibir al Señor en el aire (1 Tes. 4:17). En cuanto a los impíos, muertos o vivos, no son señalados en este párrafo.

Es interesante observar 2 Tesalonicenses 1:6-10, donde aprendemos acerca del castigo para aquellos que afligen al pueblo de Dios, castigo de ruina eterna cuando el Señor venga. En esta venida, la segunda venida, el Señor será glorificado en sus santos y admirado en todos los que creyeron.


¿Estoy preparado para la segunda venida de Cristo?