Por Josué I. Hernández
Un error común al procurar obedecer al Señor Jesucristo es hacer suposiciones. Algunos, por ejemplo, suponen que algo agradará al Señor, y, por lo tanto, no consultan su palabra. Incluso, cuando comenzamos con la Biblia podemos hacer aplicaciones por supuestos permisos que el Señor habría dado.
¿Cuál es la obra de la iglesia? ¿Será algo que deseamos que así sea, algo que nos parece bueno? ¿Será algo que la Biblia recomienda independientemente del contexto? Para solucionar esto surgen las suposiciones. Una suposición común es creer que cualquier cosa que un cristiano pueda hacer, la iglesia también puede hacerlo. Por lo tanto, si la iglesia está compuesta de cristianos, cada cosa que los cristianos hacen lo hace también la iglesia.
La Biblia dice que la iglesia es el cuerpo de Cristo (Col. 1:18,24), y que los cristianos son miembros de ese cuerpo (1 Cor. 12:13). Pero, también la Biblia dice que “el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos” (1 Cor. 12:14).
Cuando un cristiano dice “yo soy el cuerpo”, está declarando un absurdo. Una oveja no es el rebaño, ni un soldado el ejército. Lo que un soldado hace, no lo hace el ejército. Lo que un maestro hace, no lo hace la escuela. Lo que un cristiano hace, no lo hace la iglesia.
La palabra de Cristo hace diferencia entre la iglesia local y los individuos que la componen. Esta diferencia se ilustra en la enseñanza de Jesús en Mateo 18, cuando el Señor dijo, “Por tanto, si tu hermano peca contra ti, vé y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano” (v.15). Hasta ahora solo tenemos a dos cristianos en el cuadro, y esperamos que ése sea el final del asunto. Sin embargo, podría no ser así. “Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra” (v.16). Ahora tenemos a cuatro o cinco cristianos involucrados. ¿Son ellos la iglesia? No. Ellos son “miembros de la iglesia”, pero no son “la iglesia”. Jesús continúa diciendo, “Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano” (v.17). Cuatro o cinco cristianos han estado actuando, pero solo al final estuvo involucrada la iglesia. ¿Puede apreciar la diferencia entre los miembros de una iglesia y la iglesia misma?
Si queremos saber cuál es la obra de la iglesia local, necesitamos ver ejemplos de iglesias en acción, o instrucciones para que actúen como iglesia. Sin embargo, los mandamientos que gobiernan la conducta y la acción individual no son requerimientos para la iglesia. Los cristianos que están casados tienen deberes que la iglesia no puede cumplir (1 Cor. 7:3-5), así también cuando son padres (Ef. 6:4), hijos (Ef. 6:1-3), siervos (Ef. 6:5-8) o amos (Ef. 6:9).
Un cristiano no es la iglesia, y es un error suponer que todo lo que un cristiano deba hacer la iglesia pueda hacerlo igualmente.