Por Josué I. Hernández
Varias veces Jesucristo dijo “guardaos”, por ejemplo, “Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos” (Mat. 6:1). La motivación importa. Cuando hacemos lo correcto con la intención de impresionar a la gente, no seremos aprobados por Dios.
El Señor también dijo, “Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces” (Mat. 7:15). La verdad importa. No debemos suponer que alguien predica la verdad porque parece sincero o suena bien lo que dice.
El Señor dijo, “Guardaos de los escribas, que gustan de andar con ropas largas, y aman las salutaciones en las plazas, y las primeras sillas en las sinagogas, y los primeros asientos en las cenas” (Luc. 20:46). La humildad importa. En lugar de buscar la prominencia, debemos ser humildes en nuestro servicio a Dios y a los hombres aunque nuestro trabajo pase desapercibido.
Jesucristo también dijo, “Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee” (Luc. 12:15). A pesar de la opinión general, las posesiones no importan. No estamos mejor por el solo hecho de tener más. No es lo mismo vivir que tener.