El Hijo del Hombre



Por Josué I. Hernández


“Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado” (Jn. 3:14; cf. Jn. 12:34).


Para referirse a sí mismo Jesucristo usó principalmente el título “Hijo del Hombre”. Más de 84 veces leemos esta designación en los Evangelios. Pero, ¿qué significa esta designación, y por qué Jesucristo se refería a sí mismo como “el Hijo del Hombre”?

El título “Hijo del Hombre” aparece 196 veces en la Biblia. En el Antiguo Testamento, el término hebreo significa básicamente “Hijo de Adán”, identificando a un “ser humano”. La primera vez que encontramos esta designación es cuando Jehová Dios afirma no ser un hombre como nosotros lo somos, “Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?” (Num. 23:19).

El término también fue usado por Dios para referirse a una persona que él había consagrado para un servicio específico. En este sentido, Daniel es llamado “hijo de hombre” (Dan. 8:17). Así también Ezequiel es llamado “hijo del hombre” un total de 93 veces en el libro que lleva su nombre.

El uso de esta designación por parte de Jesucristo enfatiza su identidad divina, como aquel “hijo de hombre” que vendría al trono de Dios en los cielos para ser hecho Señor de todo, “Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido” (Dan. 7:13,14).

Debido a que la frase “hijo de hombre” indica un ser divino que recibe dominio, gloria y reino por la eternidad, el sumo sacerdote acusó al Señor Jesús de blasfemia. Lea cuidadosamente cómo respondió el Señor Jesús y cómo reaccionó el concilio: “El sumo sacerdote le volvió a preguntar, y le dijo: ¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito? Y Jesús le dijo: Yo soy; y veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo. Entonces el sumo sacerdote, rasgando su vestidura, dijo: ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? Habéis oído la blasfemia; ¿qué os parece? Y todos ellos le condenaron, declarándole ser digno de muerte” (Mar. 14:61-64). 

Cuando Jesús usaba el título “Hijo del Hombre”, a menudo lo relacionaba con cosas que lo separaban del resto de la humanidad, que lo elevaban por sobre los líderes religiosos, y que lo identificaban como aquel ser divino que recibiría el reino según la profecía en Daniel 7. Por ejemplo, usando esta designación, el Señor Jesús afirmó haber descendido del cielo al cual ascendería (Jn. 3:13; 6:62), afirmó tener poder para perdonar pecados (Mat. 9:6), afirmó ser el Señor del sábado (Mat. 12:8), afirmó tener autoridad sobre los ángeles (Mat. 13:41), y afirmó tener potestad de juzgar a la humanidad (Mat. 16:27) como el juez del universo (Mat. 25:31).

Jesucristo fue condenado a muerte por afirmar su identidad divina, declarando ser “igual a Dios” (cf. Jn. 5:18). Recuerde lo que dijo el Señor cuando era juzgado por los líderes de los judíos: “veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo” (Mat. 26:64), una clara referencia a la profecía de Daniel 7, y a la profecía de David, “Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies” (Sal. 110:1; cf. Mat. 22:41-45).  

Jesús es “el Hijo del Hombre” porque se identifica con la humanidad, es “el Hijo del Hombre” porque es el siervo especial de Dios que consuma el plan de redención, y es “el Hijo del Hombre” porque es el divino Mesías profetizado. Como dijo Pedro, “Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo” (Hech. 2:36).