El bautismo bíblico y la sangre de Cristo



Por Josué I. Hernández

 
El bautismo que Cristo mandó y su sangre derramada en la cruz van de la mano. Sencillamente, el bautismo y la sangre de Cristo están tan estrechamente relacionados, que uno carece de valor sin el otro. En el presente artículo queremos observar la conexión entre el bautismo bíblico y la sangre de Cristo.
 
Remisión de pecados. Al instituir su cena, Jesucristo declaró: “porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados” (Mat. 26:28). No podría ser más claro, ¿no le parece? ¿Por qué Jesucristo derramó su sangre? Él lo dijo claramente, “para remisión de los pecados”. En el día de Pentecostés de Hechos 2, los judíos convencidos de pecado preguntaron: “Varones hermanos, ¿qué haremos?” (Hech. 2:37). Pedro les dijo: “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados” (Hech. 2:38). ¿Por qué bautizarse? “para perdón de los pecados”. 
 
Lavar los pecados. Apocalipsis 1:5 registra: “Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre”. Entonces, ¿qué usa el Señor para lavar a una persona de los pecados? No podría ser más claro, “su sangre”. En el camino a Damasco, el Señor le dijo a Saulo de Tarso, “Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer” (Hech. 9:6). En la ciudad le dijeron a Saulo, “Levántate y bautízate, y lava tus pecados” (Hech. 22:16). Según aprendemos de estos versículos, para que una persona sea lavada de sus pecados en la sangre de Cristo es absolutamente esencial que se bautice.  
 
Salvación. Tanto el bautismo bíblico como la sangre de Cristo tienen poder salvador. Pablo escribió, “Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira” (Rom. 5:9). La sangre de Cristo salva. Pero, la Biblia también dice que el bautismo salva. Jesús dijo: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo” (Mar. 16:16). El apóstol Pedro escribió: “El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva” (1 Ped. 3:21). No es por el agua, sino en el bautismo en agua, cuando obra el poder de Dios (Col. 2:12). 
 
La conexión entre el bautismo bíblico y la sangre de Cristo. Pablo recordó a los romanos, “¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?” (Rom. 6:3). Fue en su muerte cuando Jesucristo derramó su sangre (Jn. 19:34). En el bautismo bíblico entramos en contacto con la sangre de Cristo al unirnos a él en su muerte, cuando él derramó su sangre. Es en el bautismo bíblico cuando una persona llega a la sangre de Cristo y recibe la remisión de los pecados, sus pecados son lavados, es salva, y justificada. ¿Puede ver la conexión?
 
Quienes no logran contemplar la conexión entre el bautismo bíblico y la sangre de Cristo suelen pasar por alto la importancia de someterse al bautismo que Cristo mandó. A propósito, ¿has sido bautizado en el bautismo que Cristo mandó?