La inspiración de la Biblia



Por Josué I. Hernández

 
La Biblia misma afirma su inspiración: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” (2 Tim. 3:16). Si esta afirmación es cierta, la Biblia contiene un mensaje divino. Si no lo es, la Biblia es un fraude. No hay otra opción.
 
Con relativa facilidad podemos acceder a la evidencia interna, es decir, la evidencia que la propia Biblia ofrece a favor de su inspiración. Cuando observamos con cuidado, veremos que la profecía cumplida es prueba contundente a favor de la inspiración de las sagradas Escrituras.
 
No hay en el ser humano la capacidad para predecir consistentemente el futuro lejano, y predecirlo con los detalles que observamos en la profecía bíblica. Sin embargo, los escritores bíblicos predijeron el futuro lejano cientos de veces, y sus predicciones nunca fallaron. Esto supera la estadística, y más aún, las conjeturas de alguna generalización vaga.
 
Un ejemplo es el capítulo 26 de Ezequiel, que predijo la destrucción del antiguo puerto de Tiro. Cuando Ezequiel escribió, Tiro era una próspera metrópolis continental. Sin embargo, el profeta de Dios indicó que Tiro sería lanzada al mar, “demolerán los muros de Tiro, y derribarán sus torres; y barreré de ella hasta su polvo, y la dejaré como una peña lisa” (Ez. 26:4).
 
Muchos ejércitos sitiaron Tiro (Tiro continental), pero no pudieron capturarla porque sus habitantes huían a una isla cercana a la costa (Tiro insular), donde no podían ser alcanzados. Finalmente, llegó Alejandro Magno, y cuando los habitantes de Tiro huyeron a la isla, el ejército de Alejandro tomó las piedras y la tierra de la ciudad en la costa, y construyó una calzada hasta la isla. Luego, marcharon a través de la calzada y capturaron a los tirios.
 
Note el detalle de la profecía, “Y te pondré como una peña lisa; tendedero de redes serás, y nunca más serás edificada; porque yo Jehová he hablado, dice Jehová el Señor” (Ez. 26:14).
 
La ubicación de la antigua Tiro es bien conocida, y podemos ir y presenciar cómo la ciudad fue arrojada al mar tal como Dios lo predijo. La antigua Tiro nunca fue reconstruida.
 
Si alguien duda de la inspiración de la Biblia, debe explicar cómo es que Ezequiel supo con tanta claridad el futuro de la antigua ciudad de Tiro. Pero eso no es todo, además de muchas otras profecías dignas de consideración, tenemos las profecías mesiánicas, más de trescientas profecías que Jesucristo cumplió en su encarnación, ¿ha considerado esto?