Por Josué I. Hernández
- ¿Soy un “buen soldado”? Hay buenos y malos médicos, así como los hay abogados, fontaneros, profesores y mecánicos, etc. En el ejército de Jesucristo el manual de conducta es claro (ej. Ef. 4:1-32; 5:1-33; 6:1-20).
- ¿Soy “de Jesucristo”? Si no soy de Jesucristo, ¿para quién peleo? ¿Soy un mercenario egoísta? Las motivaciones importan. No todos sirven y luchan por motivos puros, algunos simplemente lo hacen por motivos egoístas (cf. Fil. 1:15-17).
- ¿Estoy dispuesto a sufrir “penalidades”? ¿He dejado el frente de batalla para enredarme en “los negocios de la vida” (2 Tim. 2:4)? ¿Me quejo de las condiciones del frente de batalla? ¿Añoro la vida civil que antes tuve? ¿He abandonado a mi batallón abrazando la comodidad? Si no estoy en servicio activo, solo me espera una baja deshonrosa.