Invitar a la iglesia a mi casa



Por Josué I. Hernández

 
Quiero invitar a la iglesia a mi casa para un culto y una cena, ¿puede venir la iglesia a mi casa?
 
La iglesia no es una institución que pueda ser invitada a participar de un culto, o servicio de adoración, para luego comer como iglesia. Invitamos a los hermanos, no a las iglesias. No leemos en la Biblia de alguna “iglesia invitada” o de alguna “iglesia participando de una comida social”. Debemos hablar como la Biblia habla, sin ir más allá de lo que está escrito (1 Cor. 4:6; 1 Ped. 4:11).
 
Los cristianos disfrutan comer juntos, y suelen reunirse para ello (Hech. 2:46; 16:34), pero este tipo de reuniones no son obra de la iglesia. La iglesia participa de una sola mesa (cf. 1 Cor. 10:18), la cena del Señor (cf. 1 Cor. 11:18,20). Pero, la iglesia local no está autorizada por el Señor para organizar, anunciar y acudir a eventos sociales (cf. 1 Cor. 11:22,34; Hech. 2:42; 20:7).  
 
Dios ha trazado una línea que separa la acción de los cristianos como individuos de la obra que la iglesia debe realizar. Borrar esa línea distintiva es ir más allá de la doctrina de Cristo (cf. Mat. 7:21; Jn. 8:31; 12:48-50; 2 Jn. 9).  
 
Usted puede invitar a los miembros de la iglesia local, y a los miembros de otras iglesias locales, si quiere y puede. Es su casa, y es su dinero. Una vez reunidos en su casa pueden adorar y comer juntos (cf. Hech. 2:46; 16:25,34; Ef. 5:18-20; 1 Tes. 5:17). Sin embargo, la adoración realizada por los santos reunidos en su casa no cambia la naturaleza social del encuentro. Esta reunión que usted organiza, y financia, no es una obra de la iglesia local.