Quiero invitar a la iglesia a mi casa para un
culto y una cena, ¿puede venir la iglesia a
mi casa? La iglesia no es una institución que pueda ser
invitada a participar de un culto, o servicio de adoración, para luego comer
como iglesia. Invitamos a los hermanos, no a las iglesias. No leemos en la
Biblia de alguna “iglesia invitada” o de alguna “iglesia participando de una
comida social”. Debemos hablar como la Biblia habla, sin ir más allá de lo que
está escrito (1 Cor. 4:6; 1 Ped. 4:11). Los cristianos disfrutan comer juntos, y suelen
reunirse para ello (Hech. 2:46; 16:34), pero este tipo de reuniones no son obra
de la iglesia. La iglesia participa de una sola mesa (cf. 1 Cor. 10:18), la
cena del Señor (cf. 1 Cor. 11:18,20). Pero, la iglesia local no está autorizada
por el Señor para organizar, anunciar y acudir a eventos sociales (cf. 1 Cor.
11:22,34; Hech. 2:42; 20:7). Dios ha trazado una línea que separa la acción
de los cristianos como individuos de la obra que la iglesia debe realizar. Borrar
esa línea distintiva es ir más allá de la doctrina de Cristo (cf. Mat. 7:21;
Jn. 8:31; 12:48-50; 2 Jn. 9). Usted puede invitar a los miembros de la
iglesia local, y a los miembros de otras iglesias locales, si quiere y puede.
Es su casa, y es su dinero. Una vez reunidos en su casa pueden adorar y comer juntos
(cf. Hech. 2:46; 16:25,34; Ef. 5:18-20; 1 Tes. 5:17). Sin embargo, la adoración
realizada por los santos reunidos en su casa no cambia la naturaleza social del
encuentro. Esta reunión que usted organiza, y financia, no es una obra de la iglesia
local.