Promocionando eventos sociales



Por Josué I. Hernández

 
Las iglesias de Cristo no deben involucrarse en la promoción de eventos sociales en los cuales cristianos individualmente participarán. No hay autorización bíblica para que iglesias de Cristo participen en el marketing de viajes, encuentros, cumpleaños, bodas, etc. Sencillamente, esta no es la obra que Cristo le ha dado a su iglesia (1 Tim. 3:15; Ef. 4:11-16; 1 Cor. 11:22,34).  
 
Este estudiante de la Biblia no ha encontrado el libro, capítulo y versículo de la Biblia que autorice a la iglesia local para que actúe en reuniones sociales. Sin embargo, si hay permiso bíblico para tal cosa, me interesa saberlo (cf. 1 Tes. 5:21; Hech. 17:11). Sin tal permiso divino, las actividades sociales que involucran a iglesias de Cristo deben cesar por arrepentimiento ante Dios.
 
Si determinado hermano realizará un evento en su casa, e invitará a los hermanos, tiene su libertad para ello, es su casa, y es su dinero. Sin embargo, la iglesia local, como institución espiritual, no debe involucrarse. La iglesia no podría intervenir en la organización, financiamiento, o promoción de la reunión que el hermano realizará en su casa. Este no es asunto de los ancianos, o los varones, que deba ser coordinado y anunciado. En consecuencia, la iglesia no podría usar su tablero de anuncios, su sitio web, o redes sociales, para promocionar la reunión recreativa.  
 
Pero, si en el picnic habrá oraciones, cantos y estudio bíblico, e invitamos al predicador, ¿puede involucrarse la iglesia? No, porque es una reunión de individuos, no es obra de la iglesia. Siempre es bueno que los cristianos oren, canten salmos, himnos y cánticos espirituales, estudien la palabra de Dios (ej. Hech. 16:25,32) y que coman juntos (Hech. 16:34; 2:46)
. Sin embargo, los actos de adoración no cambian la naturaleza del encuentro, el cual no es obra de la iglesia sino de individuos y para individuos.  

Desde hace mucho tiempo hemos aprendido que la obra de la iglesia local no es social, sino espiritual. Sin embargo, cuando iglesias “conservadoras, es decir, no institucionales, están involucrándose en la organización y promoción de actividades recreativas, debemos detenernos a preguntar “por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él” (Jer. 6:16).