Por Josué I. Hernández
Desde hace mucho tiempo hemos aprendido que la
obra de la iglesia local no es social, sino espiritual. Sin embargo, cuando
iglesias “conservadoras”, es decir, no institucionales, están involucrándose en
la organización y promoción de actividades recreativas, debemos detenernos a
preguntar “por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él”
(Jer. 6:16).