No son pocos los que buscan una nueva iglesia.
Las razones son variadas. Tal vez, se han mudado a otra ciudad, tal vez,
sienten el deseo de ser más religiosos, o simplemente, no podrían quedarse en
casa sin reunirse como lo hicieron sus padres. Sin embargo, las personas suelen
buscar una nueva iglesia porque están insatisfechos. Sea cual fuere el motivo,
la gente suele buscar una nueva iglesia. Pero, ¿qué tipo de iglesia buscan?
¿Qué tipo de iglesia busca usted, estimado lector? Algunos buscan una iglesia tradicional, igual a
la que dejaron atrás, o similar a la iglesia en la cual crecieron, la iglesia
de siempre. Algunos buscan una iglesia innovadora,
completamente diferente a todo lo que han experimentado, una iglesia moderna,
del siglo 21. Algunos buscan una iglesia cuyo edificio esté
ubicado convenientemente, que sea fácil congregarse, que sea fácil volver a
casa. Algunos buscan una iglesia amigable, que
favorezca las relaciones interpersonales, que los haga sentir especiales. Algunos buscan una iglesia grande, donde pueden
perderse en la multitud. Algunos buscan una iglesia pequeña, donde
pueden conocer bien a todos, donde pueden ser más fácilmente prominentes y
ejercer influencia. Algunos buscan una iglesia emocionante, con
adoración sentimental que impacta a los sentidos. Algunos buscan una iglesia entretenida, donde
la música sea como un concierto y el predicador sea, a lo menos en parte, un
comediante, donde haya espacio para la recreación y la diversión. Algunos buscan una iglesia tolerante, donde
nadie reprenderá su pecado, donde se ignoraren las malas obras. Algunos buscan una iglesia proveedora, con todo
tipo de programas sociales y servicios comunitarios. Algunos buscan una iglesia de élite, donde
pueden hacerse de un nombre o lograr entrar en contacto con el poder social y
económico. Algo esencial falta aquí, ¿no le parece? ¿No
deberíamos buscar una iglesia enfocada en el Señor Jesucristo, que predica su palabra y
defiende su verdad? ¿No debiésemos buscar una iglesia que enfatiza lo que
Cristo enfatizó, es decir, las necesidades espirituales del ser humano? Lo que buscamos en una iglesia dice mucho de
nosotros. Honestamente, ¿estamos tratando de agradar a Dios o a nosotros
mismos?